¿Cree que tiene que golpearse la cabeza para tener una conmoción cerebral o que las conmociones cerebrales se diagnostican y controlan fácilmente? ¡Si es así, entonces no estás solo! De hecho, la lesión cerebral traumática (LCT) —el término apropiado que se usa cuando se produce una hemorragia dentro del cráneo— y la lesión cerebral traumática leve (LCTL) —el término que se aplica cuando no hay hemorragia— sigue siendo poco conocida por muchos proveedores de atención médica. Esto se debe en parte a que no se dispone de ningún método de prueba definitivo que arroje un diagnóstico preciso.
Otro problema es el subregistro de conmociones cerebrales, ya que cerca del 40% de las personas que experimentan un LCTL no lo informa a su médico. Debido a las importantes consecuencias negativas con respecto al resultado y las ramificaciones de toda la vida asociadas con la conmoción cerebral, la importancia de mejorar la capacidad de diagnosticar o identificar y tratar la conmoción cerebral es enorme.
Sabemos que la LCTL es el resultado de la transferencia de energía de las fuerzas ambientales al cerebro mediante una aceleración repentina seguida de una desaceleración repentina que literalmente golpea el cerebro contra el interior del cráneo óseo.
El estudio clínico debe incluir una revisión de los sistemas corporales, con especial énfasis en el sistema nervioso, incluido los síntomas cognitivos y conductuales. Una lista parcial de los síntomas del síndrome posconmoción cerebral incluye dolor de cabeza, problemas de equilibrio, náuseas y/o vómitos, problemas de visión, mareos, confusión mental (problemas de atención, concentración y velocidad del procesamiento mental), problemas de memoria, fatiga / somnolencia, sensibilidad a la luz / ruido, y más.
La buena noticia es que muchos pacientes con LCTL se recuperan por completo, ¡pero la mala noticia es que hasta un 25% no lo hace! Las nuevas tecnologías prometedoras, como las imágenes de tensor difuso, pueden identificar lesiones en las estructuras neurales (cizallamiento axonal) en aquellos que han sufrido un traumatismo craneal (como un accidente automovilístico, una lesión deportiva o una caída por resbalón). La Herramienta de evaluación de conmoción cerebral deportiva 2 (SCAT2, por sus siglas en inglés) ha sido adoptada por numerosas ligas deportivas y otras, pero muchos profesionales de la salud no utilizan una herramienta estructurada como esta.
Una herramienta prometedora es un análisis de sangre que mide los factores neurotróficos derivados del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), una hormona química que ayuda a mantener la salud de las neuronas (células nerviosas); ¡que puede ayudar a diagnosticar LCTL de manera concluyente y con buena reproducibilidad! Los niveles sanguíneos de BDNF generalmente son bajos en pacientes con LCT o LCTL, y los estudios han demostrado que los pacientes con niveles muy bajos de BDNF son más propensos a una recuperación incompleta.
En pocas palabras, ¡este tipo de análisis de sangre puede ayudar a un médico a diagnosticar, determinar la gravedad y determinar la probabilidad de recuperación de LCT / LCTL! Las personas con LCTL buscan con frecuencia médicos quiroprácticos y entienden la importancia de un manejo cuidadoso de esta condición común y a menudo mal identificada.