Una paciente de 42 años se presentó con dolor de cuello que había estado presente durante dos meses. El dolor apareció gradualmente y sin una causa específica. Su vocación es contestar el teléfono para órdenes de correo en una ocupada tienda de zapatos. Trabaja 40 horas a la semana, 5 días a la semana. Su dolor de cuello empeora con el trabajo, especialmente al final del turno de ocho horas. Otros productores de dolor incluyen conducir más de 30 minutos, leer más de 30 minutos y lavarse el cabello con la cabeza hacia atrás. Su dolor mejora cuando apoya la cabeza en una silla o almohada, mueve la cabeza en círculos, toma 600 mg de ibuprofeno (repetido 3 veces al día) y después de una ducha caliente. Ella describe el dolor como un dolor agudo intermitente que se vuelve más frecuente, "cuando me muevo en sentido contrario". No hay dolor punzante en mis brazos o manos.
¿Suena familiar? Las personas con dolor de cuello se presentan todos los días en los consultorios quiroprácticos de todo el mundo; sin embargo, cada paciente es diferente y cada persona es única y cada caso debe manejarse individualmente. Por ejemplo, algunos pacientes "odian a los médicos" o están extremadamente ansiosos por ir a cualquier médico. Esto podría deberse a una "mala experiencia" previa con un proveedor de atención médica a una edad muy temprana o tal vez incluso a un evento más reciente. No obstante, el enfoque utilizado en este tipo de presentación puede ser mejor si es muy metódico, tranquilizador y completamente explicado. Un tipo de manipulación de "baja fuerza" puede ser más adecuado para este tipo de personas, ya que "crujir" el cuello puede ser demasiado aterrador para ellos. Por otro lado, un paciente diferente puede no estar contento a menos que haya un "buen crack" y no estará satisfecho hasta que se realice un ajuste quiropráctico.
Es igualmente importante en ambos casos que el paciente obtenga una explicación completa sobre:
- ¿Cuál es la condición que causa los síntomas?
- ¿Qué se puede hacer para tratarlo (es decir, "cuáles son mis opciones de tratamiento")?
- ¿El tratamiento propuesto "encajará" en su apretada agenda, situación financiera y filosofía sobre la atención médica?
Brindar respuestas a estas preguntas generalmente ayudará a lograr los mejores resultados, ya que el paciente comprenderá los problemas más importantes para él y tendrá la confianza de que el médico los comprende y aprecia. En cualquier caso, el manejo de este paciente en particular puede incluir:
- Modificar la estación de trabajo cambiando a un auricular en lugar de presionar el teléfono entre el cuello y el hombro.
- Evaluar al paciente en su estación de trabajo para verificar la postura adecuada en el escritorio, la posición adecuada del monitor de la computadora, etc. y realizar las modificaciones necesarias.
- Enseñar al paciente ejercicios de rango de movimiento cervical y otros estiramientos que se pueden hacer en la estación de trabajo varias veces al día y que solo toman uno o dos minutos.
- Tracción cervical (si esto "se siente bien" cuando se prueba durante el examen).
- Uso de una almohada cervical o contorneada.
- Ejercicios para fortalecer el cuello y la parte superior del cuerpo.
- El uso de hielo según sea necesario.
- Una dieta antiinflamatoria (por ejemplo, una dieta sin gluten).
- Suplementación nutricional, según se indique. Por supuesto, la mayoría de las veces, no es necesario incluir todos estos enfoques, pero son opciones.