La atención quiropráctica para pacientes con dolor lumbar no solo incluye la manipulación o ajustes de la columna, sino también la educación del paciente con respecto al calor/hielo, la realización de actividades diarias y el ejercicio.
Calor vs. Frío: Este tema es controversial, ya que a menudo los amigos y familiares les dirán a los pacientes que utilicen lo contrario de lo que un médico quiropráctico puede recomendarles. En general, cuando hay dolor, hay inflamación... así que use hielo para reducir la hinchazón y el dolor. Cuando el calor se utiliza de manera inapropiada durante esta fase inflamatoria de curación, la vasodilatación (un aumento en el suministro de sangre al área lesionada ya inflamada) a menudo resulta en un aumento del dolor. El calor se puede aplicar de manera segura más adelante en el proceso de curación, durante la fase reparadora de la curación, pero mientras haya dolor, usar hielo suele ser más seguro y más efectivo.
Actividades Diarias: Una técnica inadecuada al sentarse, agacharse, tirar, empujar y levantar puede perpetuar la fase inflamatoria, ralentizar el proceso de curación e interferir/evitar que las personas regresen a sus actividades deseadas de la vida diaria, especialmente al trabajo. Realizar estas actividades rutinarias de manera incorrecta, es similar a quitarse una costra, ya que está retrasando el proceso de curación e incluso puede empeorar las cosas para usted mismo.
Ejercicio: Hay muchos ejercicios disponibles para pacientes con dolor lumbar. Al decidir el tipo de ejercicio, la posición en la que el paciente se siente mejor o al menos encuentra menos irritante, suele ser la dirección a enfatizar.
Más específicamente, para aquellos que sienten una reducción del dolor al inclinarse hacia adelante (lo que se denomina como "sesgo de flexión"), los ejercicios de flexión suelen ser los indicados. Algunos ejemplos de estos incluyen, levantar una sola rodilla hacia el pecho, doble rodilla hacia el pecho, inclinación pélvica posterior, flexión hacia adelante sentado y estiramiento de los isquiotibiales.
Cuando doblarse hacia atrás resulta en una reducción del dolor (denominado como "sesgo de extensión"), pararse y doblarse hacia atrás, realizar un tipo de flexión de brazos caídos ("flexión boca arriba") y acostarse hacia atrás sobre almohadas grandes o en un balón de pilates son buenos ejercicios.
La dosis o la duración de los ejercicios deben determinarse individualmente, normalmente es más seguro comenzar con 1 o 2 ejercicios y aumentar gradualmente la cantidad, así como los tiempos de repetición y/o al mantenerlo. Si se nota un dolor agudo/"fuerte", se le advierte al paciente que interrumpa ese ejercicio y lo reporte para una posterior discusión con su quiropráctico. Es normal y, a menudo, una buena señal cuando se obtiene un estiramiento/dolor "bueno" al final del rango del ejercicio.