El dolor lumbar puede surgir de muchas afecciones, una de las cuales es: La espondilolistesis. El término fue acuñado en 1854 a partir de las palabras griegas, "spondylo" para vértebras y "olisthesis" para deslizamiento. Estos "deslizamientos" ocurren con mayor frecuencia en la zona lumbar (90% en L5 y 9% en L4). Según los expertos, el tipo más común de espondilolistesis se llama "espondilolistesis ístmica", la cual es una afección que incluye un defecto en la parte posterior de la vértebra en un área llamada pars interarticularis, que es la parte de la vértebra que conecta la mitad delantera (cuerpo vertebral) a la mitad trasera (el arco posterior). Esto puede ocurrir en uno o ambos lados, con o sin deslizamiento o desplazamiento hacia adelante, lo que luego se denomina espondilólisis. La espondilolistesis ístmica ocurre en aproximadamente el 5-7% de la población general, favoreciendo a los hombres sobre las mujeres 3:1. Continúa el debate sobre si esto ocurre como resultado de la predisposición genética causada por factores ambientales en las primeras etapas de la vida, como lo demuestra la mayor incidencia en poblaciones como los esquimales (30-50%), donde tradicionalmente llevan a sus crías en papooses, cargando sus columnas lumbares verticalmente a una edad muy temprana. Sin embargo, la espondilolistesis ístmica puede ocurrir en cualquier momento de la vida si se produce una fuerza de flexión hacia atrás significativa que resulta en una fractura, pero, según se informa, ocurre con mayor frecuencia entre los 6 y los 16 años de edad.
A menudo, la espondilolistesis ístmica traumática se produce durante la adolescencia y, de hecho, es la causa más común de dolor lumbar en esta etapa de la vida. Los deportes que causan con mayor frecuencia este tipo de lesiones incluyen gimnasia, fútbol americano (liniero), levantamiento de pesas (por sentadillas o levantamientos muertos) y buceo (por arquear demasiado la espalda). La flexión excesiva hacia atrás es la fuerza que sobrecarga la parte posterior de la vértebra, lo que resulta en una fractura a veces denominada fractura por estrés, que es una fractura que se produce como resultado de una sobrecarga repetitiva a lo largo del tiempo, generalmente de semanas a meses.
Si las lesiones de espondilolistesis no se curan ni por cartílago ni por reemplazo óseo, la mitad frontal de la vértebra puede deslizarse o desplazarse hacia adelante y volverse inestable. Afortunadamente, la mayoría de estas se curan, se estabilizan y no progresan. El diagnóstico se puede hacer a través de una radiografía simple, pero para determinar el grado de estabilidad, se necesitan "radiografías de estrés" o radiografías tomadas en los puntos extremos de la inclinación hacia atrás y agachado. A veces, se necesita una gammagrafía ósea para determinar si se trata de una lesión nueva o una vieja espondilolistesis ístmica.
Otro tipo muy común se llama espondilolistesis degenerativa, que ocurre en el 30% de las mujeres caucásicas y en el 60% de las mujeres afroamericanas (3:1 mujeres a hombres). Esto suele ocurrir en la L4 y es más frecuente en mujeres de edad avanzada. A veces se denomina "pseudoespondilolistesis", ya que no incluye defectos en el arco posterior, sino que es el resultado de una degeneración del disco y las articulaciones facetarias. A medida que el espacio del disco se estrecha, la vértebra se desliza hacia adelante. El problema aquí, es que el canal espinal, por donde viaja la médula espinal, se dobla o distorsiona por la vértebra deslizada hacia adelante y causa compresión de la raíz del nervio espinal, lo que resulta en dolor y/o entumecimiento en una o ambas piernas. La buena noticia acerca de la espondilolistesis es que los enfoques no quirúrgicos, como la manipulación espinal en particular, funcionan bien y ¡La quiropráctica es un enfoque de tratamiento lógico!