Los pacientes a menudo preguntan a su médico quiropráctico: "¿Qué tipo de colchón es mejor para mi espalda?" Entre los muchos tipos de colchones disponibles en el mercado; de espuma, de resortes, de agua, así como combinaciones de todos estos, sin olvidar otras opciones entre blando, medio o firme. ¿Por dónde empezamos? ¡Todas estas variables hacen que encontrar la correcta sea realmente difícil!
Una encuesta de cirujanos ortopédicos encontró que el 95% de los cirujanos encuestados creían que el colchón desempeñaba un papel en el manejo del dolor de espalda y el 76% recomendaba un colchón firme. Pero, ¿Está esto respaldado por investigaciones?
En un estudio de la Oklahoma State University (Universidad Estatal de Oklahoma), los investigadores proporcionaron a 59 personas sanas cuyas colchones tenían al menos cinco años, camas nuevas con un colchón de mediana firmeza, de resortes y recubierto con espuma. TODOS los sujetos del estudio dijeron que tenían menos dolor de espalda, menos rigidez en los hombros, mejor calidad del sueño y mayor comodidad después de 28 noches en las camas nuevas. Sin embargo, cuando estos investigadores revisaron estudios previos que compararon los colchones de espuma vs. de resortes vs. de agua, las revisiones fueron mixtas, lo que planteó la pregunta: "¿Cualquier cama nueva sería mejor que una vieja?".
Varios estudios han medido la diferencia entre colchones, incluido un estudio dirigido por un quiropráctico que analizó dos factores: Distorsión espinal y presión máxima. Los investigadores concluyeron que los dos objetivos de un colchón eran exhibir presiones máximas BAJAS y POCA distorsión espinal.
Otro estudio, esta vez de un equipo de investigadores de Corea del Sur, encontró que los participantes otorgaron las calificaciones más altas cuando su curva espinal, mientras estaban acostados, era similar a su curva espinal de pie. Esto motivó un estudio de seguimiento de seis días y noches en el que los investigadores midieron las ondas cerebrales, los movimientos oculares, el ritmo cardíaco, los movimientos del mentón y la temperatura corporal durante la noche en un laboratorio del sueño. Encontraron que la eficiencia del sueño y los porcentajes de sueño profundo eran más altos Y los participantes se despertaban con menos frecuencia cuando el participante calificaba el colchón como "cómodo".
Un estudio español encontró una conexión entre los puntajes de comodidad más altos y qué tan bien estaba distribuida la presión del cuerpo del usuario sobre el colchón.
Otro estudio que incluyó a 313 adultos con dolor lumbar crónico dividió a los participantes en dos grupos que durmieron, ya sea en un colchón de firmeza media o en un colchón firme durante 90 días. El estudio encontró que aquellos que durmieron en el colchón de firmeza media tenían los mejores resultados sobre el dolor en la cama, el dolor al levantarse y la discapacidad.
Entonces, después de AGREGAR TODOS estos hallazgos, parece que los médicos deberían recomendar un colchón que no distorsione la columna vertebral, distribuya el peso de manera uniforme y sea de densidad media-firme.